Hace unos 10.000 años


Breve Historia de la Agricultura y su giro hacia la química
Hace unos 10.000 años nuestros antepasados, que subsistían a partir de la caza, la pesca y la recolección de frutos silvestres, comenzaron a domesticar animales y a cultivar algunos cereales, iniciaban los principios de la agricultura. Con el tiempo se amplió el número de especies cultivadas, se seleccionaron variedades adaptadas a las condiciones locales y a los usos y costumbres de la zona, se mejoraron las técnicas de cultivo y se desarrollaron herramientas y productos.

Fue una evolución lenta pero constante, basada en la experiencia y en los errores, en la que las características ecológicas y culturales de cada lugar eran fundamentales y había una estrecha relación entre las ciudades y el campo. Es a mediados del siglo XIX cuando, al establecerse las bases de la química agraria, se abre el paso a la utilización de los abonos químicos, primero con la comercialización a nivel mundial del 'guano' del Perú y del Nitrato de Chile y después con los abonos de síntesis que llevaron al abandono de la fertilización orgánica para centrarse en el aporte de unos pocos elementos minerales.

A los abonos se suma pronto el motor de explosión que facilitan la mecanización y, con ella, la intensificación y un exceso de especialización que conducen a la generalización de los monocultivos.

A mediados de la década de 1940, se populariza el DDT y se de inicio a la creación de fitosanitarios de síntesis, seguida después con la amplia gama de insecticidas, herbicidas, fungicidas y demás biocidas, puestos hoy a disposición de la agricultura.

En los años 40 y 50 la agricultura tradicional, que venía realizándose en muchas zonas sin grandes cambios tecnológicos, sufre una crisis debido a las guerras y a una baja de precios de los productos agrícolas.

Los salarios de la industria aumentaron y se produjo un éxodo de trabajadores del campo a las ciudades; en la agricultura permanecen aquellos que reducen los costes y la mano de obra a través de la mecanización y los agroquímicos.

Posteriormente se generaliza la creación de nuevas variedades, desarrolladas en unos pocos centros de investigación en todo el mundo, son variedades de alta producción pero dependientes del aporte de grandes cantidades de insumos externos (abonos y plaguicidas, entre otros) y totalmente desligadas de las condiciones, tanto ecológicas como culturales, de la zona de cultivo.
La Revolución Verde se llevó por delante una gran variedad de modelos de producción agraria adaptados a cada zona para generalizar un único modelo en todo el mundo que conlleva una serie de nuevos problemas. Los grandes cambios que se han dado en los últimos 50 años no han tenido en cuenta hasta donde podrían llegar sus repercusiones.




Se ha llegado a un importante aumento de la producción agraria que, muy alejada de acabar con el hambre en el mundo, lleva ahora aparejadas toda una serie de problemas de carácter ambiental, sanitario, técnico y social.

Se alzaron voces como la de Rachel Carson con su libro Primavera silenciosa, que advertían de las consecuencias de este sistema de producción, pero en general los avisos no fueron atendidos, continuándose con el mismo modelo, al que ahora se añade una nueva incógnita: los alimentos transgénicos.

Carson manifiesta en su obra, que la agricultura moderna interfiere en la calidad de los alimentos, y lo hace de dos maneras; una, por la presencia de tóxicos en la alimentación y otra, por la ausencia de ciertos nutrientes por causa de una fertilización deficiente. Las empresas que aún hoy fabrican estos productos y las reglamentaciones que facilitan su uso, argumentan que la presencia de estos químicos en las plantas es baja y tolerable por el organismo, o que se trata de sustancias que se degradan rápidamente en el medio ambiente.

Sin embargo, hace ya varias décadas, Claude Aubert, del Instituto Nacional de Agronomía de Francia, presentó al mundo el caso de los organoclorados, compuestos que en la leche de las mujeres era de veinte a cincuenta veces superior al de la leche de vacas, dado que los pesticidas se van acumulando y son eliminados a través de la leche en una cantidad más concentrada. Esta fue una constatación que, entre otras, llevaron a la prohibición de los organoclorados en Europa, aunque en nuestro país se encuentran en la mayoría de las tiendas agrícolas en nuestros pueblos.
La creciente industria de los químicos para el campo no podía parar. Se desarrollaron a continuación biocidas de segunda generación, los organofosforados. Se creía que debido a que estos se degradan en pocos días el problema estaba solucionado. Sin embargo, no tuvieron en cuenta que estos pesticidas se transforman en productos de degradación, de cuyos efectos hay un total desconocimiento.

Aquellos sectores de la sociedad científica, que no se hallaban bajo presiones económicas encontraron ciertos efectos por la aplicación de los organofosforados. Los abonos químicos industriales como el nitrógeno, sodio y potasio, desequilibran el suelo desde el punto de vista mineral, ionizándolo de una manera exagerada. Estos iones penetran por ósmosis, dada su alta solubilidad; la planta los absorbe en mayor proporción de la que necesita y se desequilibra, entregando unos alimentos que no nutren, disminuye las defensas del organismo, y favorece la aparición de enfermedades graves, al no haber un suministro normal de oligoelementos.

Aparecen entonces, algunos visos de la agricultura orgánica, como una técnica que puede asegurar a las plantas, y por consiguiente al hombre, un suministro normal de los oligoelementos necesarios, basada en la fertilización limpia, en la lucha indirecta y no violenta contra los parásitos y en colaboración permanente con la naturaleza.

Se genera entonces una discusión sobre temas que tocan directamente al ambiente, como el uso de abonos verdes, lombricompuestos, compost, rotaciones, uso de cultivos alternados o plantas compañeras y en general la disminución de actividades que generen desequilibrios en el lote. Sin embargo, pese a la importancia económica y ambiental, un informe del año 1987 de la Organización Mundial de la Salud descalificaba irónicamente estas prácticas considerándola una "fobia química", un "entusiasmo sentimental por los viejos tiempos". A continuación el informe realiza una revista "necrológica" acerca de la temprana edad a la que fallecieron sus principales precursores.

Unos años antes de que se lanzara la revolución verde, en la década de 1.970, se publicaban artículos en donde se ridiculizaba a los agricultores que se negaban a utilizar los agroquímicos. Harland Manchester, en una extensa campaña periodística a lo largo de las décadas del 60 y 70, en artículos de difusión masiva como los de la revista Reader's Digest, se refiere a los abonos orgánicos como un "mito supersticioso propio de granjeros ignorantes".

En 1970, Borlaug, el padre de la Revolución Verde fue galardonado con el premio Nóbel de la Paz, por su contribución a la selección de cereales apropiados para la producción intensiva. La propuesta era tomar lo que funcionaba del patrimonio genético de un vegetal, trivializando el resto, y por ende empobreciendo nuestra relación biológica con el medio ambiente. Esta síntesis científica es propia de cierto reduccionismo utilitarista que despoja a los recursos naturales o culturales de sus variables singulares justificando el despojo con argumentos utilitarios o altruistas. Con la promesa de un mundo sin hambre, se inundo el mercado mundial con cereales híbridos de alta producción adictos a dosis crecientes de fertilizantes e insecticidas sintéticos.

Hoy, hay una situación real que no podemos desconocer, pues todo este sistema de producción y distribución esta basado en un recurso no renovable: el petróleo; con petróleo se hacen insecticidas, funguicidas, herbicidas, fertilizantes y la mecánica de tractores, riego y transporte.
A esto hay que agregarle la molienda, la cadena de frío y/o sistemas de conservación y envasado. Y como el petróleo es cada vez más costoso, el sistema económico internacional, ya esta anticipándose a la crisis que se avecina patrocinando investigaciones para desarrollar una nueva idea: la alimentación trasngénica; y aunque hoy no se encuentra ridiculizada, si se ha generado algún desdeño por la agricultura orgánica, que otorga independencia al pequeño productor, pero que aún no disminuye suficientemente las ventas a las multinacionales.

En la actualidad, estamos viendo y viviendo las consecuencias derivadas de la sobrexplotación y contaminación del medio: crisis cada vez más frecuentes como la da las vacas locas o la carne con dioxinas, contaminación de pozos cuya agua ya no se puede beber, problemas de intoxicación por la aplicación de productos químicos, alergias al ingerir residuos en los alimentos, costes energéticos cada vez mayores.

En su momento se pensaba que los cambios hacia enfoques químicos garantizarían la producción de alimentos sin ningún tipo de efecto secundario. Sin embargo poco después se empezaron a detectar los problemas y efectos no deseados, originando movimientos que buscaron otros modelos de producción, los cuales hoy se encuentran agrupados en todas las tendencias de Agricultura sostenible.
La artificial (plaguicidas, fungicidas, hormonas, fertilizantes, semillas modificadas genéticamente), buscando optimizar a la vez las distintas funciones de un sistema natural (dinámica de poblaciones, cadenas tróficas, reciclaje de nutrientes y energía, productividad) para ofrecer productos de mayor calidad relacionados con la salud de los consumidores, productores y con la protección del ambiente biofísico. través de la agricultura orgánica se generan productos agropecuarios sin la utilización de insumos de síntesis química

Para lograr lo anterior, la agricultura orgánica recurre a técnicas de producción que se utilizan, en lo posible, de manera simultánea e integrada en el tiempo y el espacio, atendiendo a las necesidades particulares de cada finca para evitar caer en la formulación de "paquetes tecnológicos".

Entre tales técnicas se destacan los controles biológicos a partir, no tanto de la introducción de predadores específicos, sino del manejo mismo del agroecosistema; el uso de extractos vegetales abonos orgánicos (especialmente estiércoles y residuos vegetales procesados), minerales primarios, rotación y asociación de cultivos, alelopatía (efecto de vecindad entre las mismas plantas) y preparados de microorganismos, entre otros.

ARDILA N., LUIS R., Breve Historia de la Agricultura y su giro hacia la química, de http://www.agriculturasensitiva.com/a_qca.htm ,
http://www.agriculturasensitiva.com , Visitado: [18.01.09]

"La tierra pide clemencia"


por André Voisin.
Físico y químico francés (1903-1964). Su aporte principal a la ciencia estuvo relacionado con la agricultura y la ganadería, fue mundialmente conocido por su tesis sobre el pastoreo intensivo.

La frase bíblica "Polvo eres y en polvo te convertirás" (Gén.III-19) no constituye solamente una enseñanza religiosa y filosófica. Esta sentencia representa, ante todo, una enseñanza científica que debería grabarse sobre las puertas de todas las facultades de medicina del mundo entero. Nuestros antepasados comprendieron perfectamente que ese "polvo" del suelo, cuyos elementos minerales componen nuestras células, determina finalmente el vigor y la salud. En una época en que todavía no se hablaba de metabolismo, de funciones enzimáticas, etc., nuestros abuelos empleaban el dicho "el animal es el reflejo del suelo". Esta frase puede traducirse hoy por una expresión más moderna que, sin embargo, no hace más que copiar aquélla: "El organismo (animal o humano) es la fotografía bioquímica del medio en que vive; más particularmente, del suelo que ha producido los alimentos de este organismo".


El trabajo de la tierra, los cultivos y su problemática resulta en general un tema ajeno al interés del hombre de la gran ciudad. Esta indiferencia generalizada, producto del alejamiento físico, económico y espiritual de las zonas agrícolas, explica no sólo la falta de información sobre el tema sino también el hecho de que el consumidor urbano se aprovisione característicamente con lo primero que encuentra a su alcance, sin interponer un fundado criterio selectivo respecto a la calidad de lo que consume.

"Somos lo que comemos", en el sentido que la composición y calidad de los alimentos que ingerimos incluyen decididamente en el equilibrio de nuestra salud corporal y mental. Y lo que comemos proviene esencialmente de lo producido por el frágil manto de tierra que cubre las zonas agrícolas y pastoriles del planeta. Extendiendo el análisis, puede decirse que la calidad de lo que somos depende en última instancia de la composición de nuestros suelos.

La tierra no es una mezcla de sustancias químicas estériles. En un terrón de suelo fértil bulle la vida y todo es interacción. Millones de bacterias, microorganismos e insectos coprófagos y detritivos, junto a un variado conjunto de pequeños animales, viven colaborando para mantener un armónico equilibrio dinámico que viene durando millones de años. En un ecosistema tal se desarrolla ininterrumpidamente un proceso microecológico muy imbricado donde al lado de las relaciones de comensalismo-parasitismo se dan también otras de simbiosis y mutualismo, fundamentales para los ciclos energéticos y vitales que atraviesa el microsistema. Unos toman lo desechado por otros y éstos, a su vez, crean restos aprovechados por terceros.

Es cierto que las relaciones tróficas de toda esta comunidad de seres vivos incluyen también la muerte de unos por otros como componente primordial, pero la totalidad del proceso se desarrolla siguiendo una secuencia de modificaciones continuas que no arruina el hogar que los alberga, la tierra. Cuando el hombre descubrió la agricultura, hace 10.000-20.000 años atrás, comenzó un lento proceso - la revolución agrícola - que lo trasformó paulatinamente de cazador-recolector nómade en agricultor-pastor sedentario, pasando en el interín por toda la gama de posibilidades intermedias. Esa revolución se encuentra hoy día en su apogeo, tanto por la extensión territorial que implica como por la intensidad y densidad de la tecnología volcada al campo.

Todas las tierras fértiles con humedad suficiente se hallan actualmente bajo cultivo o pastoreo, sometida la mayor parte de ellas a un intenso laboreo mecánico que año tras año las va degradando, al tiempo que se las satura con una interminable lista de productos sintéticos que altera su composición química y vital. A la vez, muchas de esas tierras sufren extracciones sin reposición de elementos constitutivos debido al régimen de agricultura permanente con cosechas continuas a que se ven sometidas. Esto lleva a la pérdida irremisible de la fertilidad de los suelos: actualmente es consenso entre muchos expertos que las decadencias de los imperios romano y maya se han visto facilitadas justamente por esta razón (*).

El plano inclinado del Agribusiness

La escasez de tierras y el aumento del precio internacional de los alimentos son dos factores que tienden, por una parte, a expandir las fronteras agropecuarias y, por otra, a aumentar los rendimientos de las áreas tradicionalmente agrícolas. Tales son las dos opciones dominantes en la política agraria mundial. La primera tomó cuerpo y se aceleró en los últimos 15 años, llevando al hombre, y en especial a las grandes empresas del agribusiness y a gobiernos de países en desarrollo, a incursionar en zonas hasta entonces nunca laboradas, tanto selváticas como semidesérticas, no aptas ecológicamente para los cultivos tradicionales de cereales y legumbres.
Buena parte de dicho proyectos fracasaron o están en vías de fracaso debido a que no se ponderaron debidamente las variables ecológicas a mediano y largo plazo. Las tierras de los trópicos y de las selvas lluviosas como la amazónica pierden rápidamente (3 a 8 años, según la intensidad de los cultivos) su fertilidad. Los suelos, desprovistos de su densa cubierta arbórea, son fácilmente erosionados por las intensas precipitaciones (hasta 5000 mm. por año). Por otro lado, en las zonas sub-áridas, la mínima remoción de la escasa vegetación superficial y sus raíces deja al suelo, de por si delgado y pobre, a merced de la acción directa del sol y del viento, produciéndose voladuras y pérdidas de la capa arable a un ritmo lento pero mensurable.

Si bien ya hace tiempo se llegó a la conclusión de que lo que es bosque invariablemente debe seguirlo siendo, no obstante aún continúa resultando económicamente "interesante" talar las selvas por sus maderas preciosas en vez de cultivarla al menos durante los 5 años promedio en que el rinde es aceptable (para luego abandonarla a su suerte). Así las cosas, a la fecha se ha talado entre el 10 y el 20 por ciento de la selva amazónica, proceso que de seguir afectará seguramente la humedad y el clima de la región, reservorio de la mayor diversidad de especies conocidas y desconocidas del planeta.

Pero no solo el "pulmón de América" está boqueando. En el área de la Cuenca del Plata también se detectan problemas ecológicos, principalmente de erosión de las tierras de cultivo debido a la segunda opción dominante, que consiste en redoblar los esfuerzos para aumentar el rendimiento de las tierras tradicionales. Las provincias argentinas de Santa Fe, Corrientes, Chaco y Misiones, al igual que los estados sureños de Brasil (Rio Grande do Sul y Paraná), padecen problemas similares. En todas las regiones mencionadas - en especial Santa Fe, Misiones y el sur de Brasil - se practica la agricultura permanente ha dos cosechas por año, una de trigo y otra de porotos de soja, cultivo extensivo que alcanzó gran difusión en los últimos años y que demanda un intenso laboreo mecánico: la tierra queda prácticamente pulverizada antes de la siembra.

El cultivo continuado agota las reservas de la tierra, dañando la microflora y microfauna del suelo que no tiene tiempo para regenerarse. Asimismo, junto con los cereales y las leguminosas cosechadas, quita a la tierra aceleradamente elementos minerales que no son devueltos al terreno, tales como los oligoelementos cobre, magnesio, zinc, hierro y molibdeno, indispensables para la regulación de los procesos vitales y la prevención de enfermedades.

Al morir la vida del suelo, desaparecen del mismo, o disminuyen en forma considerable, los insectos y pequeños animales útiles como la lombriz y otros gusanos y larvas, que con sus trabajos de remoción y cavado de galerías y túneles, confieren a la tierra esponjosidad. De este modo la tierra pierde gran parte de su capacidad para absorber y retener el agua.

Otro factor coadyuvante es el exceso de arada, que genera el ''pie de arado'', capa de tierra endurecida ubicada a 40 cm. de profundidad que actúa como capa impermeable impidiendo la infiltración y retención del agua de lluvia. La superficie desnuda del campo trabajado es entonces castigada directamente por la lluvia que no puede ser amortiguada por falta de vegetación. Es así como a los problemas de pérdida de esponjosidad y "pie de arado" se añade otro factor erosionante: las gotas de lluvia, al pegar directamente sobre el terreno, amasan una delgada capa de barro que impermeabiliza superficialmente el suelo, y el agua, en lugar de infiltrarse, se empieza a escurrir en forma superficial. Primero son pequeños hilos de agua que luego confluyen en zanjas para formar finalmente verdaderas cárcavas en el terreno. Esa masa acuática, al correr, se lleva en minutos u horas la tierra fértil que demoró miles de años en formarse.

Por insólito que parezca, la voz de alarma no fue dada por los agrónomos sino por los técnicos que están construyendo las presas del Paraná. Fueron ellos quienes alzaron la voz asustados por los aluviones que, de seguir el ritmo actual de cultivo intensivo, cegarían las represas en pocos años tornándolas inservibles.

La ciencia ecológica ya puso en claro que hay zonas que no deben ser cultivadas en forma intensiva. Un ejemplo de excesos es el efecto producido por el sobre pastoreo en la provincia de Formosa. El pastoreo excesivo rompió el equilibrio existente y permitió el avance del viñal, arbusto espinoso que cubre hoy gran parte del territorio de la provincia y que lo desvaloriza por el bajo rendimiento que ocasiona a los campos o el alto costo que trae aparejada su erradicación.
El acelerado proceso de valorización de las buenas tierras y el aumento de la presión impositiva que grava ahora en nuestro país a la tierra improductiva, son factores que refuerzan la tendencia a aumentar el rendimiento de la tierra. A escala global, esto se compagina con el deterioro de las economías industriales y la inflación creciente en todo Occidente, donde se hace hincapié en las posibilidades que prometen la producción en gran escala de alimentos en un futuro cercano: el Agribusiness y el Agrodollar ven así facilitado su encaramamiento al tope de las políticas agrarias mundiales, con la predecible proyección de sus técnicas productivas a niveles muy superiores a los actualmente conocidos.

Estas circunstancias aceleran la concentración de la propiedad de la tierra en manos de empresas cada vez mayores. Un proceso menos intenso pero gradual hizo que en los últimos 20 años disminuyeran en Estados Unidos un 30 por ciento el número de propietarios chicos y medianos en favor de las grandes compañías agropecuarias. Acorde con su poderío económico, el Agribusiness se orienta hacia la explotación de la tierra mediante todos los recursos técnicos disponibles y la maquinaria agrícola más moderna y sofisticada que, unida a todo un arsenal de productos químicos, aumenta sí la producción pero da como resultado frutos desequilibrados y contaminados con notables carencias de oligoelementos indispensables para una regulación armónica de los procesos fisiológicos humanos ''Somos lo que comemos", y lo que nos dan a comer alimenta también a la industria médica.

* Ver André Voisin, Dinámica de los pastos, Ed. Tecnos, Madrid, 1971, y ver también MUTANTIA 2, pág. 114.
...continúa en una Segunda Parte: " Hay otras opciones".

Hay otras opciones

Parte II de: La Tierra pide clemencia
por André Voisin.



Hay otras opciones


Masanobu Fukuoka es autor del libro One-straw Revolution: An Introduction to Natural Farming. Científico, granjero y líder de la agricultura natural en Japón, Fukuoka sostiene que "al producir y exportar estos alimentos EE.UU. está ayudando a destruir el mundo del mismo modo a como lo está haciendo al exportar tanques y armas militares (**). El sistema de producción agrícola al que se tiende es netamente utilitarista y movido sólo por criterios de rentabilidad. No le interesa si el efecto a mediano y largo plazo sobre la biosfera es desastroso. No le interesa si al ritmo actual en menos de 20 años quedaran arruinadas y contaminadas la mitad de las tierras arables. Tampoco le interesa si las hortalizas, frutas o cereales están contaminados con excesos de nitratos y nitritos (probados agentes cancerígenos (***), si carecen de vitaminas, cobre, zinc, molibdeno o manganeso, o si contienen excesos de insecticidas (hay altas tolerancias en los contenidos aceptados, y las cotas permitidas no responden a una lógica estrictamente justificable).

Resulta evidente que el productor agropecuario no tiene intención de cambiar las condiciones principalmente porque el consumidor, por ignorancia, no se lo exige. Afortunadamente, la esperanza no esta pérdida del todo ya que existe un grupo de agricultores pioneros que han encarado la solución del problema en cuestión. Se trata de los que cultivan la tierra en forma orgánica respetando las leyes biológicas del suelo, sin emplear ningún producto químico ni fertilizante que no sea bio-orgánico. Como fertilizantes se usan solamente los estiércoles vacuno, equino, caprino y ovino frescos o compostados. También se utilizan desechos vegetales o algas marinas. Estos abonos representan fertilidad viva para la tierra, pues generan la presencia de millones de microorganismos por centímetro cúbico devolviéndole la fertilidad perdida.

En lugar de los arados de reja convencionales se emplean arados del cinceles que no invierten el pan de tierra sino que abren solamente grietas angostas que rompen el "pié de arado" y permiten la infiltración de la lluvia y el aire. La superficie del suelo no queda desnuda sino que se trata de munir una cubierta protectora picando y esparciéndole encima la paja de los cereales y rastrojos en general.

El control de los insectos se hace biológicamente. Se los combate con ayuda de otros insectos o con hormonas extraídas de ellos mismos que anulan la maduración sexual del las larvas (****). Una manera de atenuar o minimizar la acción del los insectos consiste en entremezclar pequeñas parcelas del distintos cultivos, imitando la diversidad de especies de la flora silvestre.

Contra las liebres y otros roedores se emplea el método de rodear los cultivos con cercos tupidos de cereales como el sorgo que actúan formando una barrera natural contra el avance de los animales. También se dejan parcelas sin arar que conservan los pastos naturales, de modo que estos sirvan de reserva alimenticia para una población equilibrada de insectos, formada tanto por los insectos dañinos como también por aquellos que son sus depredadores naturales.


En EE.UU. y Europa occidental el movimiento orgánico es fuerte y pujante. Constantemente se están abriendo nuevos comercios en los que pueden adquirirse alimentos cultivados en forma biológica. En el envase de los mismos puede leerse: Alimento bio-orgánico producido en tierra fértil sin el agregado de sustancias químicas ni fertilizantes sintéticos". Los frutos en algunos casos son de menor tamaño porque crecieron a velocidad normal (la natural), sin artificios aceleradores. Sus hojas pueden presentar marcas de picaduras o agresiones de insectos, y aun puede encontrarse alguno dentro de las lechugas, los repollos o los choclos, pero su presencia representa una garantía más de que allí no se emplearon insecticidas.


En general se puede decir que además de no contener componentes tóxicos, los vegetales orgánicos tienen mejor sabor y su contenido vitamínico y de oligominerales resulta equilibrado. Desde el punto de vista de los principios ecológicos, consumir productos orgánicos no sólo beneficia a quien los come sino también a todo el medio ambiente natural: al alentar su producción se frena la destrucción de las tierras arables contribuyendo a la protección del ecosistema agrícola.

En la Argentina se hicieron últimamente algunas experiencias aisladas de cultivos bio-orgánicos. Aquí, hasta hace pocos años, los cereales eran cultivados sin fertilizantes ya que no se justificaba su aplicación debido al alto precio de los mismos. Pero el tiempo y la búsqueda creciente de rentabilidad abarataron su precio alentando cada vez más su empleo. Para los cereales, el abono más usado es el de tipo nitrogenado, que requiere para su producción mucho consumo de energía por cada kilogramo del fertilizante obtenido. Últimamente, además de los insecticidas, se difundió el uso de fungicidas para los cultivos de cereales y la posterior conservación de los granos.

En la producción de hortalizas el empleo de productos químicos esta mucho más generalizado. Herbicidas selectivos, fertilizantes de diversas composiciones, fungicidas e insecticidas son el arsenal común de cualquier quinta industrial que abastece a la ciudad del Buenos Aires.
Si en lo que a cereales se refiere todavía es posible encontrar algún agricultor que cultive sin agroquímicos (no por intenciones biológicas conscientes sino por "primitivismo''), con respecto a las hortalizas esto es casi imposible: no las hay libres de productos químicos ni crecidas en forma equilibrada. Los pocos que cultivan verduras en forma orgánica no lo saben y en general están fuera de la escala comercial. Los encontraremos en el cono urbano cultivando pequeñas parcelas que van desde un lotecito hasta media o a lo sumo una hectárea, vendiendo lo producido a la vecindad que compra esa verdura sin darse cuenta de lo valiosa que es. Sea como fuere, esa producción exigua no llega a los centros de consumo; en todo caso es preciso salir a buscarla.
Es de esperar que al igual que en Europa occidental y EE.UU. se produzca también aquí una movilización en pro de los alimentos cultivados orgánicamente. En dichos países constituyen rubros florecientes y en continua expansión debido al alto grado del esclarecimiento del consumidor. Una propuesta interesante en este sentido son los cursos de iniciación hortícola que dicta desde hace dos años el INTA por Radio Nacional y que son organizados por el Ing. Agr. Lizardo Berrios Cáceres y el profesor Ing. Agr. Raúl J. Garibaldi. En ellos se revaloriza la creación de huertos familiares, muy comunes hasta hace unos veinte años atrás.

Al margen de los beneficios económicos individuales y ecológicos globales, el cultivo sano de la tierra reporta una enorme satisfacción personal por el reencuentro del vínculo primario con la tierra, de la que estamos tan alejados, tan erguidos. Cultivándola también habremos hecho con las propias manos algo por nuestra salud física y mental, tan abandonada últimamente a manos de terceros o a la misma suerte.

** En EAST WEST JOURNAL, nov. 1979. 21
*** Ver Trabajo Nº 2 del congreso de tecnólogos alimentarios, Bs. As., nov. 1979, Sobre la formación de nitrosaminas. Autor: Schmidt Hebel H., de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad de Chile.
**** La tercera generación de plaguicidas, Carrol M. Williams, Revista ''Scientific American'', julio de 1967. GIDEA (Grupo Interdisciplinar para el Desarrollo de Eco-alternativas)

Plantas de viveros




En primer plano el Ingeniero Agrónomo Sr. Guido Teuber Kuschel junto al Ingeniero Químico, con experticia en fertilización de suelos Sr. Gotardo Schenkel Stiefel.

En la Foto (al centro) el Ing. Químico Sr. Gotardo Schenkel Stiefel, socio de la empresa Inversiones Patagonia S.A. en medición de plantas.

Evaluación de la aplicación de Fartum® Foliar  y Amerian ® en plantas de viveros: Tomate, Melón y Repollo

1.- INTRODUCCIÓN

Se decide probar el producto Fartum Foliar líquido, junto a Amerian  en bandejas tipo Speedling: en Tomate de la variedad Altair; Melón Tuna de la variedad Early Dew; y Repollo de la variedad Skorpio, en viveros de la empresa Agrinset Ltda., de la ciudad de Quillota, IV º Región. Chile.

1.1. Objetivos
· Evaluar la aplicación de Fartum  con el nuevo producto  Amerian, en polvo.
· Realizar las mediciones correspondientes de cada producto en cada cultivo para evaluar los resultados.

1.2. Metodología
Se establece fecha de siembra 11 de noviembre de 2005 para cada cultivo con 4 días de germinación para Tomate y Melón Tuna y 3 días para Repollo.
Se aplica FARTUM ® al 0,5 % en dos aplicaciones, igualmente para cada cultivo: La primera el día 25/NOV/05 y la segunda para el día 12/DIC/05.
Las bandejas de tomates tienen 162 cavidades con 18 c.c. por cavidad. Las bandejas de melón Tuna tienen 128 cavidades con 24 c.c. por cavidad. Las bandejas de repollo tienen 200 cavidades con 15 c.c. por cavidad.

1.3. Composición del sustrato:
67 % turba nacional. 30 % perlita. 3 % Carbonato de calcio. Riego diario, con temperatura ambiente de 32 a 36 º C. y sustrato con pH = 6. Fertilización vía fertirriego con 8 grs. de Ultrasol y 5 grs. Cloruro de calcio.

1.4. Evaluación del ensayo
De cada ensayo se medirán las 30 plantas centrales. Una vez sembradas las plantas de semillas. Se considerarán las siguientes variables:
a) altura aérea
b) masa aérea (grs.)
c) largo de tallo (cms)
d) diámetro de cuello (mm)
e) masa radicular

El análisis estadístico permitirá:
a) Evaluación con testido de FARTUM ® y AMERIAN ®
b) Determinar vía comparación si los nuevos productos en polvo funcionan igualmente que el Fartum Líquido, en los tres tipos de cultivos.

EVALUACIONES EN PLANTAS DE TOMATES

Testigo:
Especie: Tomate.
Fecha de siembra: 11 Nov. 2005
Formulación aplicada: nada
Numero de plantas controladas: 50 unidades en peso radicular y foliar.
20 unidades en diámetro de tallos.

Fecha de evaluación: 13 de Diciembre de 2005.

Promedio finales.
Diámetro de tallos: 2,155 mm.
Peso radicular: 0,74 gramos.
Peso foliar: 1,64 gramos

Evaluación Fartum Líquido.

Especie: Tomate.
Fecha de siembra: 11 Nov. 2005
Formulación aplicada: Fartum Líquido
Dosis: 0,5 cc x litro de agua
Fecha primera aplicación: 25 Nov. 2005 por inmersión radicular
Fecha segunda aplicación: 5 Dic. 2005 aspersión foliar
Numero de plantas controladas: 50 unidades en peso radicular y foliar
20 unidades en diámetro de tallos.
Fecha de evaluación: 13 Dic. 2005

Promedio finales
Diámetro de tallos: 2,475 mm.
Peso radicular: 0,9 gramos.
Peso foliar: 1,7 gramos.

Evaluación AMERIAN ®

Especie: Tomate.
Fecha de siembra: 11 Nov. 2005
Formulación aplicada: Fartum Mg + Fartum NA
Dosis: 0,5 cc x litro de agua
Fecha primera aplicación: 25 Nov. 2005 por inmersión radicular
Fecha segunda aplicación: 5 Dic. 2005 por aspersión foliar
Numero de plantas controladas: 50 unidades en peso radicular y foliar
20 unidades en diámetro de tallos.
Fecha de evaluación: 13 Dic. 2005

Promedio finales.
Diámetro de tallos: 2,415mm.
Peso radicular: 0,78 gramos.
Peso foliar: 1,64 gramos

RESUMEN DE RESULTADOS

TOMATE / Diámetro tallo de plantas (Mm.)
TESTIGO / 2,155
FARTUM LIQUIDO / 2,475
FARTUM ATOMIZADO / 2,415

TOMATE /Peso radicular /Peso Foliar
TESTIGO /0,74 / 1,64
FARTUM LIQUIDO /0,9 / 1,7
AMERIAN /0,78 / 1,64

EVALUACIONES EN PLANTAS DE MELÓN

Testigo
Especie: Melón.
Fecha de siembra: 11 Nov. 2005
Formulación aplicada: nada
Numero de plantas controladas: 50 unidades en peso radicular y foliar.
20 unidades en diámetro de tallos.
Fecha de evaluación: 15 de Diciembre de 2005.

Promedio finales.
Diámetro de tallos: 2,8 mm.
Peso radicular: 1,12 gramos.
Peso foliar: 2,42 gramos.

Evaluación Fartum Líquido
Especie: Melón.
Fecha de siembra: 11 Nov. 2005
Formulación aplicada: Fartum Líquido
Dosis: 0,5 cc x litro de agua
Fecha primera aplicación: 25 Nov. 2005
Fecha segunda aplicación: 5 Dic. 2005
Numero de plantas controladas: 50 unidades en peso radicular y foliar
20 unidades en diámetro de tallos.
Fecha de evaluación: 13 Dic. 2005.

Promedio finales.
Diámetro de tallos: 3,05mm.
Peso radicular: 1 26 gramos.
Peso foliar: 2,5 gramos

Evaluación AMERIAN ®


Especie: Melón.
Fecha de siembra: 11 Nov. 2005
Formulación aplicada: Fartum Mg + Fartum NA
Dosis: 0,5 cc x litro de agua
Fecha primera aplicación: 25 Nov. 2005
Fecha segunda aplicación: 5 Dic. 2005
Numero de plantas controladas: 50 unidades en peso radicular y foliar
20 unidades en diámetro de tallos.
Fecha de evaluación: 13 Dic. 2005

Promedio finales:
Diámetro de tallos: 3,0 mm.
Peso radicular: 1,3 gramos.
Peso foliar: 2,66 gramos.

RESUMEN DE RESULTADOS EN PLANTULAS DE MELON TUNA
Variedad Early Dew


MELON /Diámetro tallo de plantas (Mm.)
TESTIGO /2,8
FARTUM LIQUIDO /3,05
AMERIAN / 3,0

MELON /Peso radicular /Peso Foliar
TESTIGO/ 1,12 / 2,42
FARTUM LIQUIDO / 1,26 / 2,5
AMERIAN/ 1,3 / 2,66

EVALUACIONES EN PLANTA DE REPOLLO

Testigo

Especie: Repollo
Fecha de siembra: 11 Nov. 2005
Formulación aplicada: Nada
Numero de plantas controladas: 50 unidades en peso radicular y foliar.
20 unidades en diámetro de tallos.
Fecha de evaluación: 13 de Dic. 2005

Promedio finales.
Diámetro de tallos: 1,51 mm.
Peso radicular: 0,46 gramos.
Peso foliar: 0,84 gramos.

Evaluación Fartum Líquido

Especie: repollo.
Fecha de siembra: 11 nov. 2005
Formulación aplicada: Fartum Líquido
Dosis: 0,5 cc x litro de agua
Fecha primera aplicación: 25 Nov. 2005
Fecha segunda aplicación: 5 Dic. 2005
Numero de plantas controladas: 50 unidades en peso radicular y foliar
20 unidades en diámetro de tallos.
Fecha de evaluación: 13 Dic. 2005

Promedio finales.
Diámetro de tallos: 1,55 mm.
Peso radicular: 0,5 gramos.
Peso foliar: 0,96 gramos.

Evaluación AMERIAN®

Especie: Repollo.
Fecha de siembra: 11 nov. 2005
Formulación aplicada: Fartum Mg + Fartum NA
Dosis: 0,5 cc x litro de agua
Fecha primera aplicación: 25 Nov. 2005
Fecha segunda aplicación: 5 Dic. 2005
Numero de plantas controladas: 50 unidades en peso radicular y foliar
20 unidades en diámetro de tallos.
Fecha de evaluación: 13 Dic. 2005

Promedio finales:
Diámetro de tallos: 1,60 mm.
Peso radicular: 0,58 gramos.
Peso foliar: 0,9 gramos. 5.6.

RESUMEN DE RESULTADOS EN PLANTULAS DE REPOLLO
Variedad Skorpio

REPOLLO /Diámetro tallo de plantas
TESTIGO / 1,51
FARTUM LIQUIDO / 1,55
AMERIAN / 1,6

REPOLLO Peso radicular /Peso Foliar
TESTIGO 0,46 /0,84
FARTUM LIQUIDO 0,5 /0,96
AMERIAN 0,58 /0,9

RESUMEN DE LOS ENSAYOS EN PLANTAS DE VIVERO

Como resumen podemos indicar que en todos los ensayos se hizo visita ocular para comparar la producción o el comportamiento obtenido con dosis de Fartum líquido y AMERIAN

En lo principal LOS PRODUCTOS no perjudican a las especias vegetales probados en el periodo comprendido entre la germinación y la cosecha. En forma notoria se destaca el efecto de AMERIAN aplicado en vivero de Quillota, en plantas de tomate. A los treinta días de germinación el producto está beneficiando el desarrollo radicular y simultáneamente presenta una mejor lignificación.



Las visitas fueron realizadas por el Sr. Gotardo Schenkel S. acompañados por los Sres. Guido Teuber K. y Marcelo Brintrup M.