Parte I


EL USO DE HORMONAS EN LA PRODUCCIÓN DE CULTIVOS HORTÍCOLA PARA EXPORTACIÓN
Dr. Homero Ramírez

Introducción
La globalización y tratados de libre comercio entre países ha representado en años recientes un cambio en la economía mundial. Esta realización ha impactado en forma diversa según el país involucrado. México al integrarse a este esquema ha tenido grandes beneficios en áreas como la industria automotriz. En el campo agrícola, la fruticultura templada ha encontrado un efecto adverso y de alta competitividad. Lo contrario ocurre con frutales tropicales, subtropicales y con hortalizas. Ciertamente estos efectos son una realidad y por lo tanto un cambio de estrategia en la producción y manejo de cultivos hortícolas es estratégica para continuar dentro de la competencia internacional y en la identificación de nichos de mercado. En base a lo anterior, en la actualidad, las hormonas vegetales o biorreguladores ofrecen una magnifica oportunidad para mejorar los sistemas de producción hortícola. Estas substancias son únicas en su característica de ser absorbidas por el tejido vegetal y transportadas a un sitio de reacción antes de inducir un efecto deseado.

Alcances
En la horticultura moderna, los biorreguladores son considerados como modificadores de la acción de genes; característicos de gran valor ya que permiten realizar, avances que tomarían décadas usando las técnicas tradicionales. La mayoría de los investigadores quizás acepten que lo ideal es producir cultivares que cuajen su fruto sin polinización y sin problemas de alternancia; que no tiren su fruta antes de cosecha; que sean de propagación vegetativa rápida y que la mayor proporción de sus asimilados sea dirigida hacia tejidos de reproducción. Sin embargo, para lograr la obtención de estos cultivares tomarían varias décadas; por otro lado, difícilmente se pueden predecir las necesidades futuras de la industria hortícola, por consiguiente es difícil enfrascarse en este reto. Los biorreguladores son compuestos que ofrecen una solución a las deficiencias fenotípicas actuales en nuestros cultivos. El uso de estas substancias tiene la ventaja, sobre el mejoramiento genético, de producir efectos que no son permanentes y, por lo tanto, de ser modificados de acuerdo a las necesidades del horticultor considerando que la industria hortícola ha tenido cambios radicales en los últimos 20 años. Ya se ha eliminado la era de árboles grandes con poca densidad de plantación y con una gama de cultivares en el mismo huerto en donde el fruticultor, conforme esperaba varios años para obtener su primer producción. Esta situación ha sido substituida por árboles más compactos, permitiendo aumentar la densidad de plantación por hectárea, misma que con un buen manejo, puede producir considerablemente el tercer o cuarto año de establecida utilizando solo un cultivar por huerto o quizás, dos como máximo cuando se trate de donadores de polen. Lógicamente estas modificaciones también han producido algunos problemas pomológicos, mismos que pueden ser solucionados con el uso de regulación del desarrollo. A continuación se exponen algunas explicaciones prácticas del uso de estas substancias.

Aplicaciones en Cultivos Hortícolas

Braceo de árboles en el vivero
El árbol ideal proveniente de viveros para huertos modernos es aquel que, durante su primer año de crecimiento produce suficiente número de ramas laterales con buen ángulo sobre el tallo. La mayoría de las veces, al adquirir sus árboles, el fruticultor obtiene solo una vara (injerto / portainjerto). Esto Implica una espera e inversión de cuando menos dos años en el huerto, antes de tener suficiente ramificación para iniciar la formación del esqueleto del árbol. Este comportamiento indeseable, con frecuencia se observa en cultivares de manzano Golden y Red Delicious, así como en otras especies tales como pera y ciruelo. El problema puede ser evitado mediante el uso de substancias efectivas para inactivar , temporalmente, el ápice como prohexadiona de calcio. De esta manera la dominancia apical se reduce a tal grado que permite el rompimiento de yemas laterales y, al establecerse nuevamente la dominancia del ápice, el crecimiento de los nuevos brotes será con ángulos abiertos. Actualmente se ha observado que estos materiales tienen un gran potencial en viveros establecidos, dentro de túneles de plástico, en los cuales se pueden tener un mejor control de crecimiento del árbol frutal.

Precocidad
En el pasado, era práctica común manejar los árboles durante sus primeros años, de tal forma que su desarrollo fuera únicamente vegetativo, con el propósito de construir un esqueleto excesivamente fuerte antes de obtener la primera cosecha. En el presente,plantaciones de alta densidad esencialmente deben ser inducidas a producir temprano; esto, restringe obviamente el crecimiento vegetativo y permite al fruticultor iniciar pronto la recuperación del capital invertido. Al igual que en la capacidad de ramificación, existen diferencias genéticas muy marcadas de precocidad entre diferentes especies frutales, sin embargo en la gran mayoría es posible estimular precocidad mediante el uso de reguladores de desarrollo. En manzano, Alar (dominozida) ha sido extensamente usado para este propósito. Además de reducir el crecimiento de entrenudos, induce marcadamente la formación de yemas florales. Efectos similares los causa Apogee. La respuesta es mayor cuando se aplican combinaciones de Alar y Etefon. Este efecto es menos impresionante en frutas de hueso. En peral se requiere el uso de cicocel (cloromequat) para lograr una temprana floración. Han demostrado que los resultados de tipo sintético son selectivos en sus efectos en especies frutales. Otras substancias que actualmente se experimentan en manzano son citocininas y algunas otras con efectos similares a éstas, como el caso de difenilurea. La acción de los reguladores de desarrollo (retardantes) mencionados como estimulantes de floración, depende, aparentemente de su habilidad para bloquear la síntesis de giberelinas consideradas inhibidoras de floración.

Aumento en cuajado del fruto
El cuajado del fruto depende de una efectiva polinización y es, quizás, uno de los procesos más susceptibles de la cadena de eventos que conducen la producción. Existen evidencias en la literatura de que un factor parcial o total en producción es atribuible a una inadecuada polinización producto de falta de polinización o a condiciones e clima durante floración, las cuales pueden dañar la flor o bien reducir la actividad polinizadora de insectos. Las especies ciruelo, durazno y cerezo de floración temprana no son recomendables en áreas en donde se presentan con frecuencia, heladas tardías ya que estos siniestros reducen el cuajado al matar total o, parcialmente los tejidos del estilo. En las flores de manzano y peral, los tejidos de receptáculo (al desarrollarse, forma el fruto) son menos susceptibles a las heladas que el estilo y óvulos, por lo tanto, si se presenta este tipo de daño., con el uso de ácido giberélico o bien, con una combinación a base de auxinas, giberelinas y difenilurea es posible estimular la formación de frutos partenocárpios.

Aclareo de flores y frutos
Cuando se lleva a cabo un buen manejo en la huerta, existe la tendencia a inducir a los árboles a una producción alterna. Esto también se observa en huertos donde la producción es mermada por factores ambientales, por ejemplo una helada tardía. Una práctica que permite reducir sustancialmente este fenómeno de alternancia es del aclareode frutos en el año de alta producción. Esta técnica también tiene la ventaja de aumentar el tamaño del fruto. Para lograr una efectividad satisfactoria, el aclareo debe realizarse, aproximadamente durante el mes posterior a la floración. La auxina sintética ácido naftaleneacético (ANA) y su amida (ANAm) se han usado como aclaradores, por otro lado, el insecticida carbaril (aunque no es un regulador de desarrollo, está químicamente relacionado a las auxinas), se utiliza también en forma individual o en combinación con auxinas como el ANA. La acción de estas como factores aclaradores en frutales no se conoce al detalle. Sin embargo, se ha sugerido que éstas actúan en forma diferente a la acción del carbaril. Más recientemente el uso de Etefon ha adquirido aceptación en la industria frutícola, sin embargo, extremadas precauciones se deben tomar con su uso pues su efecto fisiológico lo hace ser un poderoso estimulador de abscisión. La principal dificultad con el uso de estos materiales, es el predecir con tiempo suficiente, qué proporción de los frutos será eliminada, considerando que esto no es solamente una función de concentración del producto de la época de aplicación, sino que también está en función del estado de crecimiento del árbol y de las condiciones climáticas antes y después de la aplicación. Por lo tanto, es necesario mayor experimentación en este renglón tomando en cuenta que con el uso de esta práctica se tienen posibilidades de corregir problemas de alternancia.

Control de caída de fruta
En cultivares de manzano y peral, particularmente en los de maduración temprana, se observa con frecuencia una caída de frutos días antes de la época de cosecha. Este trastorno puede ser prevenido con aspersiones de baja concentración de ANA, ANAm ó 2,4,5-TP ácido (2(2,4,5 triclorofenoxi propionico). Alar (daminizida) fué usado para este fin por considerarse como un agente retardador de la síntesis de etileno. Se debe considerar también que la época de aplicación de Alar es importante para lograr un buen control de la caída de frutos. El uso de agentes estimuladores de abscisión de frutos para fines de enlatado son de particular importancia, ya que aplicaciones de productos como Etefon inducen una maduración uniforme y un aflojamiento muy marcado en el tejido de unión con la rama o dardo, facilitando de esta manera la cosecha, particularmente si ésta se efectúa en forma mecánica.

Forma de la fruta
Es común observar con frecuencia, en frutos de manzano del cultivar “Red Delicious”, la forma redonda y achatada, lejos de tener la típica que se obtiene en los lugares donde ha sido producida (forma alargada con sus características 5 picos). Lógicamente este es el resultado de efectos de localización geográfica y, en particular, duración de luz y temperaturas diurnas y nocturnas durante el crecimiento del fruto. Esta deficiencia puede ser corregida con el uso de citocininas y giberelinas (Promolina), mismas que deben ser aplicadas en la época y dosis adecuadas, durante la fase de floración.

Control de maduración del fruto.
Los fruticultores con grandes extensiones de plantación de un mismo cultivo y con suficiente mano de obra, con frecuencia cosechan parte de su fruta antes de la época óptima. Este producto, por lo general, no tiene condiciones fisiológicas apropiadas para almacenamiento por largo tiempo, y por otro lado, su calidad para consumo inmediato es baja. La utilización y combinaciones de Etefon y 2,4,5-TP aplicados a los árboles pocos días antes de la cosecha, puede ser una solución en este renglón, además de que mejoran la calidad de la fruta. El etileno que libera el Etefon una vez que este penetra el tejido de fruto, acelera el proceso natural de maduración; de esta manera se mejora el sabor y la apariencia; por otro lado, la utilización de la auxina sintética reduce el efecto de estimulación de caída prematuramente. La tasa de maduración y por supuesto, el intervalo de tiempo entre tratamiento y cosecha, puede variar con temperaturas y otros factores, sin embargo el balance de maduración puede ser evaluado por el fruticultor con la prueba del yodo y conseguir, de esta manera, la desaparición de almidón. Por otro lado, la aplicación de Retain puede retrazar la maduración del fruto permitiendo una cosecha tardía. En frutos de hueso, este producto tiene efectos promisorios.

Control de crecimiento del árbol
El árbol frutal ideal, es el que rápidamente forma su esqueleto en el huerto, y después deja de crecer aceleradamente. Esto no sucede en la práctica y una vez que la canopia del árbol es completa, el fruticultor debe realizar alguna poda de represión de crecimiento, evitando así una pérdida de producción y calidad. Realizar este práctica en forma manual es algo complicado y pocas veces se logra el objetivo. La aplicación de substancias como ANA a las heridas infringidas en la poda, suprime un sobrevigor de las ramas que ahí emanan e induce la formación de ramas cortas, las cuales frecuentemente forman yemas florales. En la actualidad se utilizado experimentalmente, como podador químico en nogal, el producto Dickegulac el cual en principio muestra buenas perspectivas.

Control de letargo
Las yemas vegetativas y florales de casi todos los frutales caducifolios requieren de un período de frío antes que la brotación pueda ocurrir. Una vez que estos requisitos de frío han sido satisfechos, la brotación de yemas es controlada por temperaturas ambientales. Considerando que los inviernos en las áreas productoras de manzano son muy irregulares; sobre todo por la presencia muy frecuente de heladas tardías, se han hecho algunos esfuerzos por lograr retrazar la floración a base de aplicaciones de retardantes del desarrollo o bien, con sistemas de enfriamiento sin que se haya obtenido un resultado integralmente satisfactorio. Quizás un entendimiento más profundo del fenómeno de letargo, puede proporcionar más alternativas para el control de proceso y así salvar un mayor porcentaje de flores que, obviamente, repercutiría en un aumento de la producción. El extremo de letargo se presenta en áreas donde la acumulación de frío es incompleta, originando una brotación de yemas baja e irregular. El uso de mezclas a base de dinitros, dormex y aceites han propiciado resultados parcialmente satisfactorios en ese renglón, pues a pesar de haberse centrado varios años la experimentación de dosificaciones y épocas de aplicación en la actualidad aun no es posible sugerir, con certeza, la mejor fórmula y época de aplicación.

Nuevos sistemas de plantación
Aunque los reguladores de desarrollo generalmente son considerados como herramientas
de manejo e huertos, el control de crecimiento y fructificación que ejercen pude ser explotado para el desarrollo de nuevos sistemas de producción frutícola. El más avanzado, conocido como el huerto pradera de Long Ashton permite una densidad de 90.000 árboles/Ha plantados a una distancia de 30 x 45 cm. Los árboles en este sistema son inducidos, con aplicación de Alar a formar yemas florales en su primer año de crecimiento. Los árboles florean en su segundo año y reciben una segunda aplicación de Alar después de la caída de pétalos para reducir el crecimiento vegetativo y estimular cuajado de fruto. Después de la cosecha en el segundo año, los árboles son podados a tal grado que sólo se dejan 2 ó 3 yemas de injerto de las cuales, al tercer año, se selecciona la mejor rama regenerada y así se repite al ciclo bianual de crecimiento. Durante nueve años de evaluación, la producción promedio ha sido de 90 toneladas / Ha de Golden Delicious. Esta producción compensa el sistema, la bianual de este método. Además, en este sistema, la máxima producción se logra al segundo año en comparación con los 8 ó 10 requeridos en sistemas convencionales. Otra atracción principal del huerto pradera es la oportunidad que ofrece para una cosecha mecánica y otras operaciones, por ejemplo, utilizando aspersoras con propósito múltiple. Otro sistema experimental de plantación, diseñado para cosecha mecánica, es el de espaldera. Con este sistema los árboles son plantados a una distancia de 30 cm y manejados en tal forma que se les da una altura de 2 m; esto se logra con una combinación de poda mecánica y aplicación de retardantes de desarrollo. Los frutos son producidos en forma de pared, de la cual son cosechados mediante una cosechadora mecánica similar a la usada en vid. Estos sistemas de alta densidad de plantación aún están en vía de experimentación y, aunque la mayoría de los problemas pomológicos han sido resueltos la alta inversión inicial los hace comercialmente de poca demanda. Como alternativa futura al uso de árboles injertados (relativamente caros), posiblemente se puedan producir árboles más baratos a través de tejido de meristemos, o bien, con nuevos método de propagación con el uso de reguladores de desarrollo. Después de conocer los múltiples usos de los reguladores de desarrollo en frutales caducifolios, es posible sugerir que para lograr resultados altamente satisfactorios en nuestro medio, se precisa de iniciar una serie de experimentos bajo nuestras condiciones climatológicas, y poder de esta manera generar información de utilidad directa para el productor, evitando así un fracaso o frustración en la producción con el uso de estos productos al tratar de seguir instrucciones provenientes de lugares cuyas características geográficas son parcial o totalmente distintas a las de México.

1 comentarios:

Unknown dijo...

muy buena càtedra sobre reguladores.Sin embargo veo que no hay referencias a los frutales tropicales, que aunque diferenciados de los caducifolios, comparten principios fisiològicos similares. ¿como manejar estos quimicos en mangostan, rambutan, lichi, longan, etc?.
Saludos.
Manuel Baccaro
Ing. Agrònomo,